La detección de los dos primeros olivos enfermos de la Xylella fastidiosa en Francia junto a la frontera italiana ha generado inquietud entre los agricultores, que piden prudencia a la hora de aplicar las medidas de contención y propagación, sobre todo, el arranque de árboles. El presidente de la Cámara de la Agricultura del departamento de los Alpes Marítimos, Michel Dessus, ha declarado que «Antes de arrancar, seamos prudentes» donde se han identificado esos dos casos en las ciudades de Menton y Antibes.
Los dos olivos enfermos presentan síntomas de estar secándose y serán arrancados y destruidos en los próximos días, como también se arrancarán otras plantas sensibles a la bacteria en un «perímetro de lucha» que se ha establecido a su alrededor, según el Ministerio de Agricultura.
El Ministerio francés indicó en un comunicado el viernes, 6 de septiembre, que se ha puesto en marcha, además, un perímetro de vigilancia de cinco kilómetros de radio para todos los vegetales. Antibes, que se encuentra entre Cannes y Niza, y Menton –en la frontera con Italia– ya están en una zona delimitada para Xylella fastidiosa desde 2015, cuando se detectó por primera vez la bacteria en Francia, pero en otras plantas diferentes al olivo.
De acuerdo con los datos oficiales, esa bacteria que es potencialmente mortal para decenas de especies vegetales (como el olivo, la vid o el almendro) está presente en Córcega y en 19 municipios de los departamentos de Var y de los Alpes Marítimos.
Dos positivos tras 5.100 muestras de olivos
Desde 2015 se habían tomado muestras de 5.100 olivos, sin que se hubiera obtenido ningún positivo hasta estos dos ejemplares. El de Menton corresponde a la misma bacteria que está presente en Italia. De ahí la insistencia del departamento de Agricultura para pedir a los profesionales, pero también a los particulares, que no transporten plantas en sus viajes en Francia o al extranjero. El ministro, Didier Guillaume, dijo que se toma “muy en serio esta alerta sanitaria” y espera la cooperación de propietarios, particulares o profesionales con los servicios públicos para “reforzar las medidas de vigilancia y garantizar la destrucción de los vegetales sensibles“.