Entrevista a Teresa Carrillo

¿Qué se sabe de la bacteria Xylella fastidiosa?

T. Es una bacteria con potencial patógeno que ha trasmitido enfermedades en una variedad de plantas silvestres y cultivos, especialmente leñosos. Ha puesto en alarma a toda Europa desde su detección en 2013 en olivares italianos, infectando más de 1 millón de olivos.

Se trata de una plaga que ya ha causado estragos en otros países europeos y está comenzando a dar pasos en España, mientras aún no conseguimos controlarla de forma eficaz. De momento se ha detectado en países como Italia, Francia, España, Portugal. Sabemos que puede extenderse con facilidad a países con clima similar. Las investigaciones preliminares muestran que los climas con inviernos templados son especialmente vulnerables a la proliferación del patógeno, de manera que el cambio climático, además, potenciará el riesgo.

¿Cuál es el protocolo cuando se detecta en un cultivo?

T. Entre las medidas actuales que se llevan a cabo cuando aparece un brote de Xylella fastidiosa se encuentra la erradicación de infectados y vegetación circundante. Como vemos, además de un gran impacto ambiental, Xylella fastidiosa supone un riesgo económico, pues pone en juego millones de euros provenientes de estos cultivos.

Precisamente para esto se ha puesto en marcha Life Resilience, que cuenta con la co-financiación del Programa Life de la Unión Europea, ya que esta considera a Xylella fastidiosa como uno de los organismos de cuarentena más peligrosos por esta gran facilidad para extenderse.

Para evitar esto, desde el proyecto Life Resilience se trabaja principalmente en dos vías. Por un lado, trabajaremos en desarrollar genotipos de plantas tolerantes a esta bacteria y que además sean productivas y económicamente rentables. Por otro, trabajaremos en aplicar e innovar en métodos naturales de control de vectores que contribuyan a prevenir la propagación de la bacteria y aumenten la resiliencia del sistema de estos cultivos en caso de brotes.

¿En qué líneas se está trabajando en el proyecto Life Resilience?

T. El proyecto tiene dos objetivos diferenciados. Por un lado, el desarrollo de nuevas variedades de olivares tolerantes a Xylella fastidiosa y, por otro, el desarrollo de un modelo de buenas prácticas para intentar hacer una planta resistente.

En un primer momento hemos  trabajado con tres fincas demostrativas en Portugal, España e Italia y estamos realizando el control del riego en las fincas, analizando el nivel de estrés de las mismas. Pues los síntomas de Xylella fastidiosa más visibles son el secado del árbol y el decaimiento, ocasionados también por un riego no apropiado.

Por otro lado, estamos utilizando bioestimulantes y biofertilizantes para garantizar la salud de la planta y hacerla más resistente ante la incidencia de cualquier patógeno. Y, además, se está trabajando con cubiertas vegetales y con setos y linderos para controlar la biodiversidad de las fincas y el insecto vector.

¿Cuáles son las entidades que integran el proyecto?

T. Life Resilience lo componen nueve socios de España, Portugal e Italia. Se trata de un grupo multidisciplinar que nos permite contar socios especializados pero diferentes entre ellos, de forma que se complementan a la hora de realizar los trabajos.

En nuestro país, además de Galpagro, contamos con la Universidad de Córdoba, responsable de la generación de nuevos genotivos resistentes a la Xylella fastidiosa, Agrodrone, dedicada a la agricultura de precisión; ASAJA, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores; y Agrifood Comunicación, una empresa de comunicación especializada en el sector agroalimentario.

En Italia, contamos con la participación de IVALSA, el Istituto per la Valorizzazione del Legno e delle Specie Arboree del Consiglio Nazionale delle Ricerche; y SALOV, Società Agricola F.Lli Fontana, productora de aceite de oliva.

Por parte de Portugal, participan Nutriprado, empresa especializada en el desarrollo de híbridos de plantas leguminosas; y Sociedade Agrícola Herdade do Charqueirao (SAHC), una asociación dedicada al cultivo de almendros, olivos y pistachos.

¿Qué acciones se están llevando a cabo?

T. Para lograr estos dos objetivos que comentábamos, estamos evaluando y cruzando variedades de olivo resistentes a patógenos como opciones tolerantes en áreas potencialmente infectadas o en riesgo de serlo, minimizando el riesgo de pérdidas debido a Xylella fastidiosa y otros patógenos.

También estamos aplicando las mejores prácticas y tecnologías sostenibles para el olivar mediterráneo intensivo y sistemas de producción de almendras, en 250 ha entre España, Italia y Portugal, con la intención de reducir el consumo de agua y la huella de carbono, y aumentar la biodiversidad y la resistencia a las plagas y patógenos sin comprometer el rendimiento.

Con todo esto, crearemos un modelo replicable de mejores prácticas para el olivo, el almendro y otros cultivos leñosos, como cítricos y vid en Europa, aumentando su capacidad de adaptación al cambio climático y futuras epidemias y que se replicarán en 2500 ha durante el proyecto. Para ello, involucraremos a actores multidisciplinares a través de la colaboración transnacional entre nuestros socios.