Entrevista Pedro Valverde. Investigador de la UCO, socio del proyecto LIFE Resilience
¿Cuál ha sido el papel de la UCO dentro del proyecto ‘Life Resilience’?
La Universidad de Córdoba es el socio líder de la acción C1, en la cual se ha llevado a cabo el inicio de una línea dentro del Programa de Mejora Genética de Olivo de la Universidad de Córdoba en colaboración con la empresa BALAM Agriculture.
¿En qué líneas ha trabajado la Universidad en el proyecto?
El trabajo de la UCO se ha centrado en la generación de 1000 nuevos genotipos de olivo utilizando como parentales variedades resistentes a la bacteria Xylella fastidiosa y otras que aportan características agronómicas de interés.
Estos genotipos se generaron en dos fases de cruzamientos, unos en 2017 y otros en 2018, los cuales fueron plantados en campo en 2018 y 2019. Desde la plantación se han evaluado las características agronómicas y en el invierno de 2021 se han seleccionado y propagado los 18 genotipos que han destacado por sus mejores características agronómicas.
Estos 18 genotipos preseleccionados y propagados están siendo sometidos a crecimiento forzado en los invernaderos de la UCO y en las próximas semanas van a ser plantados, ya con repeticiones, en tres fincas experimentales. Una plantación, en la cual se pretende evaluar además de las características agronómicas la resistencia a la bacteria en condiciones de campo, situada en Scorrano, Apulia, Italia. Otra segunda parcela experimental, situada en la finca del socio del proyecto Grupo SALOV y una tercera en la Finca experimental El Valenciano en Carmona, Sevilla. Además de estas tres plantaciones experimentales también se va a hacer en la primera semana de mayo el envío de las plantas para su inoculación y evaluación de resistencia frente a Xylella fastidiosa en condiciones controladas.
Con estos resultados se pretende poder registrar alguna nueva variedad de olivo resistente a la bacteria y con buenas características agronómicas.
¿En qué ha consistido la colaboración de la UCO con el resto de socios del proyecto?
La colaboración más cercana ha sido con la empresa líder del Proyecto Balam Agriculture ya que el desarrollo de las nuevas variedades se hace en colaboración entre ambas entidades, pero también se ha colaborado tanto con el CNR como con el Grupo SALOV el cual ha puesto ha disposición nuestra su finca experimental en la cual se van a plantar los genotipos seleccionados.
Además, gracias a las reuniones en común entre todos los socios se ha intercambiado información que es útil para el desarrollo tanto del presente proyecto como de futuras colaboraciones con los socios de Greenfield Technologies, Ideagro, Nutriprado, SACH, ASAJA y Agrifood Comunicación además de establecer estrechas colaboraciones con agricultores tanto de España como de Italia.
La prevención es clave para evitar la proliferación de la bacteria. A nivel económico, ¿qué beneficios supone adelantarse a la propagación de la enfermedad?
Para el control de enfermedades se recomienda llevar a cabo una serie de medidas “de control integrado” que en el caso de la Xylella fastidiosa van encaminadas a la reducción o eliminación si fuese posible de la población de la bacteria. Para ello se toman medidas para la disminución de poblaciones del vector directamente o indirectamente a través del control de plastas huésped como pueden ser algunas malas hierbas. Dentro de estas medidas de control integrado el uso de variedades resistentes es la medida más efectiva, económica y respetuosa con el medio ambiente.
Todo el conocimiento que se está generando en los últimos años desde que se detectó en 2013 por primera vez sirve para en la medida de lo posible mitigar el posible efecto que tuviese la entrada del patógeno en España.
Actualmente en España contamos con la presencia del patógeno tanto en la comunidad Valenciana como en las Islas Baleares, aunque por suerte no es la subespecie y en concreto el recombinante CoDiRo, causante de la epidemia en Italia.